¿Cómo puedo controlar la situación?
¿Seré capaz de actuar correctamente?
¿Y si lo hago mal?
¿Debería huir o pelear?
¿Y si lleva un arma?

Supongo que este tipo de preguntas te sonarán. Y no es para menos. El enfrentamiento, sea cual sea, nunca es positivo y conlleva ciertas actitudes por parte principalmente de nuestro cerebro, nuestro organismo y finalmente de nuestro cuerpo.
La defensa personal no se basa únicamente en lo físico sino que va más allá. Se debe interpretar como un conjunto de herramientas que usaremos a nuestro favor para nuestra supervivencia. Por ello, no solo debemos de tener en cuenta el entrenamiento físico con técnicas estudiadas biomecánicamente para poder derrotar a un oponente sino que también
debemos de tener en cuenta la funcionalidad de nuestro cerebro y el sistema motor, que serán los principales responsables de la conducta final. Y aquí es donde entramos nosotros.
El SISTEMA ATAI se está desarrollando para formar y dotar al alumno de las herramientas necesarias para comprender y desarrollar la defensa personal desde el punto de vista psicológico y biológico los cuales serán una base firme para la toma de control en un enfrentamiento. En las formaciones, se incluyen técnicas de análisis de las conductas para anticiparnos a cualquier posible riesgo tanto para nosotros como para terceros, ya que podréis detectar e interpretar emociones en situaciones de estrés donde la adrenalina cobrará un rol principal y lo “nublará” todo.
Para poder intervenir correctamente debemos de tener autocontrol y capacidad de pensamiento y esto no es fácil, pero si posible.